“Qué chispa de humanidad puede quedar viva en alguien que es arrancado del sueño
a las seis de la mañana todos los días, sacudido por los

trenes de la suburbia, aturdido por el ruido

de las maquinas, desteñido y vaporizado de gestos y
Proposiciones sin sentido, centrifugado por controles estadísticos…”

UNA CHISPA DE HUMANIDAD

Un matrimonio mayor de Uruguay me llama porque no sabiendo que apretaron en el control remoto de la “canalera” solo pueden ver la señal de aire, la señora me pide que le tenga paciencia porque es grande, no ve bien los botones, la despreocupo y hago creer que tengo todo el tiempo del mundo para que encuentre el botón TV/STB, mientras lo busca me dice: Cuando vos tengas 76 años yo voy a estar en la otra vida vos llama que yo te atiendo desde allá…
La señora por suerte encontró el botón en cuestión y siguió viendo el cable con su esposo.


Una familia de Santa Fe llama para reconectarle el servicio de cable a su vecino de 94 años ellos pagarán la reconexión y el abono mensual, se preguntan quien va a esperar el técnico de 8 a 14hs el día de la instalación, porque el hombre no escucha bien y seguramente no atienda el llamado telefónico previo, ni sepa que están a la puerta.
-“te quedas vos gordita el martes… llevo yo el gordito al jardín…”


Cuando Multicanal y Cablevisión se unificaron con ello se fusionaron también sus políticas comerciales, la facturación, los reclamos, los sistemas etc. En Cablevisión explotaban los teléfonos, cientos de clientes aguardaban ser atendidos para reclamar, los operadores lidiaban con un nuevo sistema que debieron aprender en cuestión de días.
Algunos operadores que trabajábamos desde un comienzo con este sistema, fuimos a atender allí, para bajar los constante “100 en cola” que había (mientras atendías, 100 personas esperaban ser atendidas también) La gente estaba furiosa todos los llamados eran conflictivos, todos insultaban, pedían hablar con supervisores, amenazaban, los mas tranquilos se limitaban a consultar la política de baja, “del primero al quince en sucursal….” Era una de las frases que mas se escuchaban, junto con “yo no le estoy faltando el respeto” y “señor no me grite”.
Muchas veces estuve a punto de renunciar colgaba la vincha y me iba al baño, tomaba aire, volvía pensando en el alquiler y las expensas, y seguía atendiendo,
Entonces en uno de los tantos llamados un señor con voz de hombre mayor me solicita dar de baja el fútbol codificado, ¿numero de cliente?, ¿señor Amado Rey De Amadora? – así es, necesito dar de baja el fútbol, es que me encuentro en el hospital y no creo que esta vez vuelva…”
Le digo que no se preocupe que estoy segura volverá a llamar para contratarlo, el señor se emociona me dice: Eugenia tus palabras ya me curan, -no puedo disimular mi emoción también, ambos lloramos en línea sin conocernos, me pide que rece por el, y que lo llame para ver como estaba nos despedimos, al mes entro en la cuenta y ya estaba dado de alta nuevamente el fútbol codificado.
Ese llamado fue el combustible para seguir atendiendo hasta el día de hoy, cuando me bajoneo, o me engancho en la agresión, trato de recordar que no existe el azar, (como me recuerda la frase de Einstein en mi blog de notas “el azar es el camino que elige Dios cuando viaja de incógnito”) y que aunque sean unos minutos la comunicación, esa persona tenia que hablar conmigo y yo con ella.

Eu