BLOG/PLATAFORMA COLECTIVA DE UNA OBRA (DORISDAY), DE LAS FUNCIONES Y DE LO QUE SIGUE DESPUÉS DE LAS FUNCIONES.

24/10/07

Crónica de Rodaje - Jornada I -


Las nueve de la mañana marcó el reloj y los Espectaculares nos disponíamos a una nueva jornada de trabajo. Nos fuimos encontrando los unos a los otros sobre la calle Bouchard, resguardados del sol por la sombra del gran Luna Park. Aquel lugar, muchas veces casa de los personajes de Disney en sus intentos de patinar sobre hielo, nos recibía con carteles de considerable tamaño de Winnie Pooh y su peludo séquito. Las fotos no tardaron en llegar. En el momento en que habíamos llegado todos, y mientras un Espectacular, también conocido como Pedro, daba vueltas con su auto por toda la circunscripción, empezamos a prepararnos para las primeras tomas. Dos botellas de agua, unas galletitas, trípode, cámara, cartulina negra y corrector blanco en mano… Gustavo nos atemoriza hasta los huesos con la amenaza de su posible ausencia. Intentando hacer oídos sordos a su fatal advertencia, partimos hacia la estación del flamante (no por lo ígneo, sino por lo nuevo) Tranvía del Este. Nos mantuvimos en la parada un buen rato, y una vez que ya la novedosa estación no lo era tanto, vimos cómo el amarillo tren se nos acercaba. Allí y luego de mantener una brevísima conversación con el solitario conductor, previo acopio de monedas, compramos los boletos para surcar las tres estaciones (de su recorrido de cuatro) que el tren tiene. El Espectacular Emiliano, como un faro que guía al resto, nos mostró los complicados y modernos mecanismos que hacían que el tren abriese sus puertas. Fascinados con dicha tecnología, muchos de nosotros no veíamos la hora de encontrar una puerta cerrada con tal de tocar el coqueto botón. Refiriéndome más específicamente a lo que nos convoca, la Espectacular Lucía iría al costado del tren para aparecer fugazmente pedaleando al lado de la maléfica Madam Mim. Después de que el primero de los trenes se marchase, el que se dirigía en dirección opuesta hizo su aparición. Allí fue donde los más experimentados, quienes habíamos inspeccionado las futurísticas puertas tranviarias, le mostramos al resto sus bondades. Claro que tanto modernismo fue un tanto opacado con el comentario de Ana Victoria al decir “Ah, sí, las puertas se abren igual que en el tren Mitre…”. En aquel momento algo del glamour de nuestro nuevo transporte moría en sus palabras. Fingiendo cierta indiferencia, y luego de que el tren se fue, nos dispusimos a esperar el que ahora sí albergaría a todos los Espectaculares en la filmación del primero de los videos del futuro lanzamiento global de “DorisDay”. El tren llegó y todos ingresamos. La presencia de las cámaras de vigilancia en los vagones volvía un tanto paradójica la subrepticia filmación, pero sin demasiado tiempo para alguna clase de reflexión, nos ubicamos en nuestras posiciones y comenzó la el rodaje. Lucía aparecía por la ventana, cuando la velocidad del tren lo permitía, acompañándonos desde su roja bicicleta… la segunda vez que la vimos ya estaba acompañada por un señor, seguramente un amigo de ocasión proporcionado por el fraternalismo bicicleteril. Las cámaras sorprendían a los pocos pasajeros que en el tren se encontraban y que tendrían a uno de ellos como víctima involuntaria del asedio de los Espectaculares. Tres intentos y la estación Independencia apareció. Bajamos, compramos boletos y nos volvimos a subir. Allí empezaron a surgir nuevas ideas de puesta para el video: filmar a la Espectacular Cinthia en la ventana, a Cinthia saliendo y entrando por otra puerta del tren, y por último a Cinthia en la cabina de mando. El conductor, asaltado en su tranquilidad por los Espectaculares no pudo más que decir que sí dejando que la creación se abriese camino. La cabina mostraba las pantallas en las que se reflejaba la imagen producida por las cámaras del tren, y aquello ya sería una meta filmación en la que el resto de los Espectaculares apareceríamos como inmortalizados extras. Por último, y con “buena onda” uno de los inspectores –o al menos eso creo que era- se refugió en artilugios burocráticos y con la frase “Ni los de CQC pudieron filmar en la cabina”, nos obligó a reprogramar el plan de rodaje volviendo a la idea de que Cinthia estuviese en la ventana del tren. El resto nos mantuvimos al margen, pero veíamos a Madam Mim salir y entrar del tren continuando con su terrorífica canción. Llegamos a la estación Córdoba y habiendo concluido exitosamente con el más complicado de los videos de la jornada, comenzamos a caminar hacia nuestra nueva locación: Florida y Esmeralda. La cámara se dispuso y nuevamente Gustavo amenazaba, ante el llanto instantáneo de los Espectaculares, con la posibilidad de su ausencia. La Espectacular Vicky, parada en un primerísimo plano comenzaba a hacernos soñar con sus armoniosas melodías… o al menos eso sucedió hasta que, producto de la presión ejercida por la cámara, soltó un feroz alarido dirigido a la que oficiaba de asistente. La gente miraba extrañada, acercándose con curiosidad primero y alejándose con desilusión después. Una segunda toma reflejó que los problemas de la cantante no eran producidos por sus asistentes, dejándola en clara evidencia. Esto motivó la risa irónica y resentida de alguno de ellos. Por último la tercera toma fue la deseada y así los espectaculares irían rumbo a su incierto tercer destino. El grupo se dividió en dos, algunos en el auto de Pedro, otros junto a las dos bicicletas en la mágica camioneta de la Espectacular Mariana. Luego de complicadas contorciones gimnásticas todos nos encontramos dentro del vehículo (sólo puedo hablar de lo sucedido en la camioneta… por el simple hecho de haberme encontrado allí y no en el auto de Pedro… Lamento si alguien esperaba que tambien cuente lo sucedido en el auto, pero poco puedo hacer más que escribir sobre lo que vi y viví…Y sí, no voy a andar fabulando situaciones… Lo aclaro para que no se enoje nadie, digo… Claro, yo que sé si alguien después no dice: “haaay sólo escribieron sobre el auto de Mariana y a nosotros, total que nos parta un rayo, ¿no?…” ¡NO PUEDO ESTAR EN TODO, ¿OK?! ¡HAGO LO QUE PUEDO, LO-QUE-PUE-DO!... En fin… ¿en que estaba? ¡Ah, si!). Las deliberaciones sobre la tercera locación comenzaron: primero se habló de ir al Lawn Tennis Club, luego a la reserva ecológica, al rosedal… A todo esto Mariana le realizaba unas señas totalmente incomprensibles a Pedro para indicarle nuestro rumbo. Si bien ella estaba totalmente convencida de la inteligibilidad de sus mímicas, lo cierto es que el gesto casi ausente de Pedro y la posterior pérdida de su auto, indicaron la poca efectividad que las señas tuvieron. Y si bien ya sabemos de su historia ballenera, la verdad es que resultaba aun muy distante el parentesco entre Mariana y el mudo personaje que la afamada modelo-actriz de ropa interior realizaba magistralmente en una telenovela local. Y hablando de la cuarentona y multifacética modelo-actriz, Gustavo nos cuenta que aparentemente le gusta gritar cosas en las productoras sobra sus planes legales para hacer mierda a su ex esposo ex-actor y actual productor televisivo… triste, muy triste. Luego seguimos con la camioneta, escuchamos chistes de Stand Up, vimos a las uñas del Director Espectacular volando por los aires, calaveras gigantes al sol, y terminamos en la que sería nuestra locación final. A estas alturas la Brigada Beta de los Espectaculares se encontraba totalmente perdida. Ni la tecnología celular ni los contactos de Ana Victoria con el más allá podían reconciliar los paraderos de ambas Brigadas, así que los restantes decidimos comenzar a filmar. Mariana improvisó con una agenda el cartel que daría inicio a la filmación y todo comenzó. Lucia se cambió de ropas bajo la oscuridad de la camioneta, únicamente alterada por el intento de nuestro señorísimo directo de abrir las puertas. Intento que fue contestado con un desgarrador alarido que –anticipando el titulo de la canción- levantó en vuelo a todos los pájaros de la circunscripción palermitana. Se acomodó la cámara en la parte trasera de la camioneta y luego de un par de intentos fallidos “Volarás” comenzó a rodarse. Lucía pedaleaba y cantaba mientras un coro de tres energúmenos la seguía a una prudencial distancia. La primera de las tomas estaba hecha, y sólo restaba hacer una más, resultando totalmente exitosa. Mientras el coro de imbéciles –del cual orgullosamente formaba parte- seguía la camioneta, podíamos escuchar los comentarios de un heladero que por allí pasaba y de la conductora de una camioneta pasea perros, quienes unánimemente concluyeron con la frase: “Hay gente boluda, ¿eh?”. Sin poder entender demasiado a qué respondía tanto odio para con los Espectaculares, seguimos haciendo de fondo para el video de la veloz Campanita. Una vez concluido vimos que por entre los árboles se agrupaban jaurías de inefables perros, y así es como Tomas O’Malley cobraría vida en las prodigas cuerdas vocales de un excelso Emiliano Pandelo y su Pianotarra (sic.). Gracias a la inestimable colaboración de los paseaperros circundantes, pudimos filmar unas tres tomas, siendo la tercera la única exitosa. Emiliano, sentado en un tronco cantaba a la vez que hambrientos canes perseguían una botella de plástico que era arrojada por el intrépido domador en un logrado intento por proporcionar vida perruna a la escena. Definitivamente nada había que envidiarles a los adiestradores de leones de las películas hollywoodenses. Nosotros teníamos nuestro propio amaestrador vernáculo. Promediando la segunda toma, la figura de dos Espectaculares integrantes de la Brigada Beta se recortaba en el horizonte. Atravesando las jaurías de bestias que saltaban a su paso, las Espectaculares Ana Victoria y Vicky llegaron a nuestro encuentro. Luego, y como una temerosa observadora, apareció la figura de la Espectacular Eugenia quien prefirió mantener prudencial distancia antes de ser íntegramente devorada por alguno de aquello simpáticos canes.

Finalmente cuatro de los trece videos ya habían concluido y los espectaculares podían retirarse satisfechos por una jornada más que exitosa. Tanto Juana como Lucía tomaron sus bicicletas y comenzaron a retirarse pedaleando. El resto nos acomodamos en nuestro mágico transporte y nos dirigimos, como un unido grupo, hacia Juan B. Justo y Corrientes… menos Vicky, pero eso es algo de lo cual prefiero no hablar… En el viaje y luego de un persistente olor a, como decirlo, caca, Emiliano develó el escondrijo del producto canino encargado de aromatizar el vehiculo. El mismo se encontraba, ni más ni menos, bajo la suela del Director Espectacular. Como si esto fuese poco, Emiliano, quitándose de encima un peso que lo carcomía desde hacía meses, contó que la misma situación se había dado en aquel primigenio encuentro del director con sus dirigidos en la casa de Juana, optando en aquella vez por el más acérrimo de los silencios. El Director, visiblemente compungido, amenazó por última vez con su ausencia, aunque los Espectaculares no se veían tan impactados con aquella reiterada y fatídica intimidación. Como no podía ser de otra manera, la escatología se hizo presente y el fin del recorrido se aproximaba. Sólo unas cuadras más encontraron a los espectaculares caminando juntos para finalmente separarse, no sin algo de nostalgia, con rumbos distintos y la promesa de un próximo encuentro…

Daniel…

5 comentarios:

Anónimo dijo...

buenisimos los fotomontajes!!!!
buenisimo el relato!!!
ya tenemos dos columnas oficiales...
lo de "jorada" por "jornada" repite el estilo de "poyecto" por "proyecto"????
hasta el lunes.
el viernes va meli.
beso
G
(y es mentira, mi zapatilla no tenía caca de perro. al menos no ayer)

Anónimo dijo...

¡Se aceptan las correcciones!... y la verdad es que debería dejar lo de "jorada", pero lo cierto es que la dislexia es menos potente que mi neurosis... Asi que lo cambio.

Anónimo dijo...

Genial el relato, compañero Daniel! Gracias po tanto detalle, fue como volver a vivir el día.
Abi

Anónimo dijo...

ok, ahora si, mis abogados respiran tranquilos
G.

Anónimo dijo...

Pues no deberían... la acusación de la suela untada aún sigue en pie hasta que se demuestre lo contrario. Tarrío, su pasado y anecdotario lo condenan… Pero en tren confesionario debo reconocer que todo puede ser peor... Una vez me encontraba caminando acarameladamente con una señorita sin notar que uno de mis pies iría a reposar sobre una cálida deposición canina... el problema residía en que yo tenía ojotas y algo de la marrón sustancia se propagó por mi pie... Luego de caminar arrastrando el pie en cuestión durante unas cuadras intentando solucionar el problema, tuve que revelar la situación. Risas y la proximidad del baño de un bar fueron la resultante.